¡Oh tú musulmán!

"¡Oh tu musulmán! ¿Elegiste el camino de la verdad, por amor y obediencia a tu Señor, o te dejaste llebar por las pasiones que invadieron a tu alma? No vendas tu religión, por los adornos de éste mundo sino será tu perdición, lucha con tu interior y sigue la religión, como se te ordenó por tu Señor. ¿Qué disfrutes y delicias tendrás aquí que no pierdas después de tu muerte y que durante tu vida de acá poco te sacien? Busca, musulmán, la felicidad del más allá y no te enciegues con la falsedad de shaytan. Sigue el Corán y la Sunna, según entendieron los Predecesores Piadosos y no temas a nadie, sino Allah, y no esperes, sino la paz y la felicidad por la eternidad."

¡No respondas a las injurias, un ángel responderá en tu lugar!

¡No respondas a las injurias, un ángel responderá en tu lugar!


Abu Huraira –que Allah esté complacido con él- relató que un hombre insultó a Abu Bakr –que Allah esté complacido con él- en presencia del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-, que estaba sentado.

Éste se puso a sonreír y a alegrarse.

Pero cuando el hombre excedió a Abu Bakr –que Allah esté complacido con él- por sus declaraciones injuriosas, éste último respondió a algunos de sus insultos.

El Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- se enfadó y se levantó.

Abu Bakr –que Allah esté complacido con él- se apresuró a reunirse con él y le dijo:

“¡Oh Mensajero de Allah! Este hombre me insultaba mientras que tu estabas sentado. Cuando respondí a algunas de sus declaraciones tu te enfadaste y te levantaste”.

El Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- respondió: “Había un ángel que respondía en tu lugar, pero cuando te pusiste a responder a algunas injurias, Satanás apareció. Ahora bien, no me conviene estar sentado con Satanás”.

El Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- dijo a continuación:

“¡Oh Abu Bakr! Tres cosas no son más que verdad:

- Ningún oprimido se contiene de responder a la injusticia que le es hecha buscando por ello la complacencia de Allah sin que Allah no le haga justicia con fuerza.

- Ningún hombre no gasta de sus bienes con el objetivo de reforzar los lazos de parentesco sin que Allah aumente sus riquezas.

- Y ningún hombre se permite mendigar con el objetivo de enriquecerse sin que Allah acreciente su pobreza”.

Narrado por Ahmad (vol.2 pág. 436), Abu Dawud (nº 4896-4897) y autentificado por Al-Albani, en As-Sahiha (nº 2231)

Traducido por Ummu Khattab Al Andalusiya




























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