¡Oh tú musulmán!

"¡Oh tu musulmán! ¿Elegiste el camino de la verdad, por amor y obediencia a tu Señor, o te dejaste llebar por las pasiones que invadieron a tu alma? No vendas tu religión, por los adornos de éste mundo sino será tu perdición, lucha con tu interior y sigue la religión, como se te ordenó por tu Señor. ¿Qué disfrutes y delicias tendrás aquí que no pierdas después de tu muerte y que durante tu vida de acá poco te sacien? Busca, musulmán, la felicidad del más allá y no te enciegues con la falsedad de shaytan. Sigue el Corán y la Sunna, según entendieron los Predecesores Piadosos y no temas a nadie, sino Allah, y no esperes, sino la paz y la felicidad por la eternidad."

Seguid la vía recta y no a la mayoría

بسم الله الرحمن الرحيم

Apegarse a la Sunna entre la mayoría de los musulmanes




Después de haber hecho una breve exposición sobre la importancia de apegarse a la Sunna, el Imam Shatibi –que Allah le tenga misericordia- dijo:



“Estaba indeciso entre seguir la Sunna y por consecuencia divergir con las prácticas de la mayoría de la gente, y así vivir los mismos problemas que los que, en todos los tiempos, contradijeron las costumbres establecidas [sobre todo si ésta mayoría afirma que ésas costumbres son de la Sunna y nada de otro] entonces me sería necesario soportar un peso aplastante… pero con todo ello qué recompensa me esperaría ante Allah –alabado y ensalzado sea- !

Y entre el seguir a la mayoría y por consecuencia divergir con la Sunna y los piadosos predecesores [Salaf Salih] e introducirme en el recinto del desvío [que Allah me proteja].

Sin embargo, estaría en acuerdo con las costumbres, y se me consideraría como un amigo, no como un enemigo.
Entonces me di cuenta de que perecer siguiendo la Sunna era la verdadera liberación, y que la gente no me sería de ninguna utilidad ante Allah –alabado y ensalzado sea- [para salvarme del infierno].



Puse pues en práctica la Sunna por etapas en algunas cosas… y es cuando habría creído que el fin de los tiempos había llegado!

¡Las criticas se multiplicaron a mi aspecto, las flechas de calumnia fueron dirigidas hacia a mí, se me afilió a la innovación y al extravío y se me clasificó entre los idiotas y los ignorantes ! […]

 
Se menospreció la vía que escogí de una forma que todo corazón rechaza, y se me clasificó entre algunas sectas ajenas a la Sunna… testimonio que será escrito [1] y [los que me acusaron] tendrán que responder [sobre sus injusticias] en el día del juicio.

 
Se me acusó una vez de haber afirmado que las invocaciones no presentaban ningún beneficio y que no eran de ninguna utilidad [como algunos lo afirman a mi respecto] debido a que yo no practicaba la invocación colectiva al final de cada oración con el Imam.

 
Y la contradicción de éste acto con la Sunna y los piadosos predecesores [Salaf Salih] será clarificada más adelante.

 
Se me acusó también de Rafd [2] y de odiar a los compañeros [sahaba] –que Allah esté complacido con ellos-, debido a que yo no invocaba a Allah –alabado y ensalzado sea- por los Califas Bien Guiados en el sermón del Viernes en particular, dado que esa no era una práctica de los Salaf en sus sermones, y ninguno de los sabios reconocidos lo citó en sus sermones […]

 
Se me acusó también de permitir la rebelión contra los gobernantes, y todo por la simple razón de que no les citaba en el sermón.

 
Citar a los gobernadores durante la prédica es una innovación, que ningún predecesor practicó.

 
Se me acusó también de ser extremista y de buscar la dificultad en la religión, debido a que yo me contento [cuando respondo a las preguntas y emito veredictos –fatawa-] en seguir las opiniones reconocidas de Madhab [escuelas de jurisprudencia] [3] sin divergir, mientras que por su parte, ellos se permitían transgredirlo y emitían fatawa [veredictos] que facilitaban la vida a la persona concernida y correspondía a sus pasiones, aunque fuese una opinión marginal en el Madhab o en otro.

 
Los Imames de entre los sabios están en contra de éste género de práctica. En otra parte profundicé el tema, en la obra Al-Muwafaqat.

 
Se me acusó también de ser un enemigo de los aliados de Allah –alabado y ensalzado sea- [4], debido a que yo expresé mi animosidad hacia algunos pobres derviches innovadores que contradijeron la Sunna, se autoproclamaban [según ellos] guías de los hombres, y hablé en público de algunos comportamientos de esa gente que se afilian a los sufís sin asemejarles.

 
Se me acusó también de divergir con Ahlu Sunna wa Al-Jama’a [la gente de la Sunna y del grupo], y esa gente se basó en que el grupo que el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- nos ordenó seguir [que es el grupo salvado] es la mayoría de los musulmanes, no comprendieron que el grupo es la vía del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-, la de los Compañeros [sahaba] y la de los que les siguieron con perfección. Y lo clarificaremos más tarde.

 
Ellos mintieron en todos esos puntos y engañaron a la gente, pero la alabanza es para Allah [siempre] cualquiera que sea la situación [Alhamdulillah ‘ala kuli hal].

Estuve pues en una situación que se parecía a la situación del muy conocido Imam Abdurrahman Ibn Battah Al-Hafid –que Allah le tenga misericordia-, con la gente de su época cuando él dijo:

 
“Me asombré siempre en diferentes situaciones que viví durante mis viajes y mis etapas, tanto con mis cercanos como con otros, con los que me conocen y los que no.

 
En efecto, me di cuenta [tanto en Mekka, en Khurasan como en cualquier otro lugar] que toda persona que me encontraba sería un aliado o un enemigo, que me predicaría a seguir sus dichos, a creer en sus palabras y a declarar en su favor.

 
Si yo reconocía la veracidad de sus dichos y les concedía mi aprobación [como lo hace la gente hoy en día] la persona me consideraba como un aliado.

 
Si por el contrario, me oponía en una única letra de su discurso o en uno de sus actos, me consideraba como un enemigo.
Si yo afirmaba que el Corán y la Sunna estaba en contradicción con una de sus palabras, me decía: “¡Eres un Khariji!”.
Si yo le leía un hadith que hablaba del Tawhid [unicidad de Dios], me decía: “¡Eres un Mushabbih [Antropomorfista]!”.
Si era con respecto a que los creyentes observarán a Allah –alabado y ensalzado sea- en el Paraíso, me decía: “¡Eres un Salimi!”.
Si era con respecto a la fe [iman], me decía: “¡Eres un Murji’!”.
Si era con respecto a los actos, me decía: “¡Eres un Qadari!”.
Si era con respecto al conocimiento, me decía: “¡Eres un Karrami!”.
Si era con respecto a los méritos de Abu Bakr y de Umar –que Allah esté complacido con ellos dos-, me decía: “¡Eres un Nasibi!”.
Si era con respecto a los meritos de la familia del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con ellos- me decía: “¡Eres un Rafidi!”.
Si me callaba con respecto a la explicación de una aleya o de un hadith contentándome con responder según su sentido aparente, me decía: “¡Eres un Dahiri!”.
Si yo respondía de otra forma, me decía: “¡Eres un Batini!”.
Si era con respecto a las Sunnas de la oración como la lectura del Corán [después del Fatiha], me decía: “¡Eres un Shafi’i!”.
Si era con respecto a la invocación del Qunut, me decía: “¡Eres un Hanafi!”.
Si era con respecto al Corán, me decía: “¡Eres un Hanbali!”.
Si yo respondía con un sentido metafórico [Ta’wil], me decía: “¡Eres un Ash’ari!”.
Si yo negaba su sentido, me decía: “¡Eres un Mu’tazili!”.

 
Y si yo mencionaba la opinión más justa según las diferentes opiniones [dado que no hay complacencia con respecto a las reglas religiosas y al hadith] ésas personas me decían: has rebajado su rango elevado.

 
Y lo que es más asombroso todavía es que ésa gente [en función de lo que leen de los ahadith del Profeta] me catalogaban siguiendo sus pasiones.

 
Y si yo apruebo a algunos de ellos, los otros me considerarán como enemigo.

 
Y si yo me muestro complaciente con todos ellos, provocaré la furia de Allah –alabado y ensalzado sea- ya que ésa gente no me servirá de ninguna ayuda ante Allah.

 
Resumidamente, yo me agarraré siempre al Corán y a la Sunna, y pido perdón a Allah, no hay nadie digno de ser adorado excepto Él, y Él es el Perdonador, el Misericordioso”.



Fin de citación.



Y es como si el Imam –que Allah le tenga misericordia- hubiese hablado en nombre de cada uno.

Dado que es muy raro encontrar un sabio celebre o un hombre piadoso y reconocido sin que no haya sido acusado de éstas cosas o de algunas de ellas.
Muy a menudo las pasiones intervienen en la opinión de la persona en desacuerdo.

Por otra parte la causa principal de la divergencia en relación a la Sunna es la ignorancia y la pasión desbordante que se sigue hasta acusar al que se esfuerza en seguir la Sunna de no formar parte [de ella], y de azuzarse contra él y sus actos hasta afiliarlo a lo que hemos citado.

Además fue relatado por el líder de los adoradores [según los sahaba] que Uwais Al Qarni dijo:



“Ordenar el bien y prohibir el mal no deja ningún amigo al creyente.

Les ordenamos el bien y ellos insultan nuestro honor ayudándose en ello con aliados de entre los perversos, a tal punto en que [por Allah] fui acusado de cosas inmundas.

Pero juro por Allah que no dejaré de proclamarles la verdad”.



Fuente: Extraído de su obra monumental “Al-I’tisam” [trata de la innovación religiosa, sus bases, sus subdivisiones, sus consecuencias, etc…]
Autor: El Imam Shatibi –que Allah le tenga misericordia-



Notas:
[1] Ndt: por los ángeles escribas.
[2] Ndt: Relativo al chiismo imamita.

[3] Ndt: Escuela de jurisprudencia.

[4] Ndt: Awliya Allah, santos o elegidos


Extraído de sounna.com
Traducido por Ummu Darda Al Andalusiya