¡Oh tú musulmán!

"¡Oh tu musulmán! ¿Elegiste el camino de la verdad, por amor y obediencia a tu Señor, o te dejaste llebar por las pasiones que invadieron a tu alma? No vendas tu religión, por los adornos de éste mundo sino será tu perdición, lucha con tu interior y sigue la religión, como se te ordenó por tu Señor. ¿Qué disfrutes y delicias tendrás aquí que no pierdas después de tu muerte y que durante tu vida de acá poco te sacien? Busca, musulmán, la felicidad del más allá y no te enciegues con la falsedad de shaytan. Sigue el Corán y la Sunna, según entendieron los Predecesores Piadosos y no temas a nadie, sino Allah, y no esperes, sino la paz y la felicidad por la eternidad."

Clasificar cosas de la religión por "secundarias" y "esenciales"

Clasificar cosas de la religión por "secundarias" y "esenciales"


Pregunta: Su excelencia el Sheikh fue preguntado sobre la clasificación [realizada por algunas personas] de cosas de la religión en “cosas secundarias” [la barba por ejemplo] y “cosas esenciales”.

Respuesta: La división de la religión en “cosas secundarias” y “cosas esenciales” es una clasificación errónea y falsa. La religión entera es esencial: todo lo que contiene es beneficioso para los siervos, y de esa forma nos acercamos a Allah –alabado y ensalzado sea-. La persona es recompensada por todo [lo que hace de la religión] y todo [lo que viene de ella] le es beneficioso porque aumenta su fe y su sumisión a su Señor –alabado y ensalzado sea-, incluso en los puntos acerca de las vestimentas y el aspecto exterior y puntos similares. Si la persona realiza todo esto para acercarse a Allah –alabado y ensalzado sea-, siguiendo la Sunna de Su Mensajero –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-, entonces será recompensado.

Como sabemos, las cosas secundarias, son las que no tienen ninguna utilidad, es por ello que la rechazamos [para clasificar las cosas de la religión], dado que no hay nada a rechazar en la religión islámica. Al contrario, la Ley Islámica entera es como lo esencial, beneficiosa para la persona, si purifica su intención obrando para Allah –alabado y ensalzado sea- y siguiendo correctamente la Sunna del Mensajero de Allah –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-.

En cuanto a los que hacen circular esta expresión, deberían repensar seriamente para conocer la verdad, seguirla y abandonar tales expresiones.

Es cierto que en la religión islámica hay puntos importantes y prioritarios como los cinco pilares del Islam que el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- citó:

“El Islam está construido sobre cinco pilares: la atestiguación de que no hay divinidad salvo Allah y que Muhammad es Su Mensajero, la oración, entregar la limosna legal, el ayuno de Ramadán, y la peregrinación”. [1]

Ciertamente, hay temas de menor importancia pero no secundarios, de cuyo nadie saca ningún provecho y lo rechaza. En cuanto al caso de la barba, no hay duda de que dejarla crecer es una adoración, ya que el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-, lo ordenó [2] y todo lo que ordena el Profeta es una adoración por la cual la persona se acerca a su Señor debido a que aplica la orden de Su Mensajero –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-. La barba forma parte de la Sunna del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- y la de todos sus hermanos los enviados [los profetas anteriores], como lo que dijo Harun a Musa citado por Allah –alabado y ensalzado sea-:

“[Harun] dijo: “¡Oh Hijo de mi madre! ¡No me cojas por la barba ni por la cabeza!” (20:94)

(aleya en árabe ) “[Harun] qala: Yaabna-umma la takhud bi lihiati wa la bi ra-si”.

Se informa auténticamente del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- [por medio de ahadith] que dejar crecer la barba forma parte de la disposición natural [Al-Fitra] en la cual Allah –alabado y ensalzado sea- creó a la gente [3]. Dejarla crecer es una adoración y no una costumbre, ni una cosa secundaria como lo pretenden algunos.

 
Notas

Fatwa de Sheikh Al uthaymin, Majmu’ Fatawa wa Rassail, 3/124,125.

[1] Narrado por Al Bukhari, capítulo de la fe (8) y Muslim, capítulo de la fe (16).

[2] Narrado por Al-Bukhari, capítulo de las vestimentas (5892,5893): Muslim, capítulo de la purificación, según Ibn ‘Umar (259).

[3] Narrado por Muslim, capítulo de la purificación según ‘Aisha (261)-


Traducido por Ummu Khattab Al Andalusiya

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