¡Oh tú musulmán!

"¡Oh tu musulmán! ¿Elegiste el camino de la verdad, por amor y obediencia a tu Señor, o te dejaste llebar por las pasiones que invadieron a tu alma? No vendas tu religión, por los adornos de éste mundo sino será tu perdición, lucha con tu interior y sigue la religión, como se te ordenó por tu Señor. ¿Qué disfrutes y delicias tendrás aquí que no pierdas después de tu muerte y que durante tu vida de acá poco te sacien? Busca, musulmán, la felicidad del más allá y no te enciegues con la falsedad de shaytan. Sigue el Corán y la Sunna, según entendieron los Predecesores Piadosos y no temas a nadie, sino Allah, y no esperes, sino la paz y la felicidad por la eternidad."

La juventud: problemas y soluciones (P2)

Observación sobre la juventud
 

Si observamos atentamente a los jóvenes, podemos clasificarles en regla general, en tres grupos: los jóvenes en la vía recta, los jóvenes extraviados y los jóvenes indecisos entre los dos.

Primer grupo

Los jóvenes en la vía recta

El joven creyente, con todo lo que esta denominación comprende como sentido, cree en su religión, la ama, estando convencido y satisfecho. Considera que ser dotado [con conocer y practicar esta religión] es un tesoro y que ser privado es una perdida evidente.

Es un joven que adora a Allah, consagrándole exclusivamente la religión, únicamente a Él, sin asociarle.

Él sigue verdaderamente al Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- en sus palabras y actos, dado que él cree que él [el profeta] es el Mensajero de Allah y que es el ejemplo a seguir.

Un joven que realiza perfectamente la oración, todo lo que puede, porque cree en los beneficios y bendiciones religiosas, terrestres y sociales que contiene, y en las consecuencias nefastas reservadas a las personas y a los pueblos que la abandonan.

Un joven que da el Zakat completo a los que tienen derecho, sin disminuir nada, ya que cree que [el zakat] puede colmar las necesidades del Islam y de los musulmanes, lo que es de hecho uno de los cinco pilares del Islam.

Un joven que ayuna el mes de Ramadán y se abstiene de sus deseos y de su goce en verano como en invierno, porque cree que [el ayuno] le proporciona la complacencia de Allah –alabado y ensalzado sea-, y prefiere la complacencia de su Señor por encima de los deseos de su alma.

Un joven que realiza la obligación de la peregrinación a la Casa sagrada de Allah –alabado y ensalzado sea-, ya que él ama a Allah, de forma que ama Su Casa, el hecho de ir a los lugares donde puede obtener Su misericordia y Su perdón, y mezclarse con sus hermanos musulmanes que se dirigen a estos lugares.

Un joven que cree en Allah, su Creador , el Creador de los cielos y de la tierra, dado que ve los signos de Allah –alabado y ensalzado sea- que no le dejan ningún lugar a la duda sobre Su existencia.

Él ve en este universo inmenso, la apariencia y la organización maravillosas, lo que muestra con fuerza la existencia de Quién le creó, la perfección de Su poder y Su profunda sabiduría.

En efecto, no es posible que este universo exista por sí mismo o por casualidad, dado que antes de existir no era nada, y la nada no puede crearse a sí misma porque no existe. No es posible tampoco que exista por casualidad, porque tiene una organización maravillosa, armoniosa que no cambia y que no se aparta de las reglas según las cuales Allah –alabado y ensalzado sea- la creó:

وَلَن تَجِدَ لِسُنَّةِ اللَّهِ تَبْدِيلاً

“Y no encontrarás cambios en la ley de Allah”. (33:62)


الَّذِي خَلَقَ سَبْعَ سَمَوَاتٍ طِبَاقاً مَّا تَرَى فِي خَلْقِ الرَّحْمَنِ مِن تَفَاوُتٍ فَارْجِعِ البَصَرَ هَلْ تَرَى مِن فُطُورٍ (3) ثُمَّ ارْجِعِ البَصَرَ كَرَّتَيْنِ يَنقَلِبْ إِلَيْكَ البَصَرُ خَاسِئاً وَهُوَ حَسِيرٌ (4)

“Es Quién ha creado siete cielos superpuestos. No ves ningún defecto en la creación del Todo Misericordioso. Observa de nuevo, ¿ves alguna fisura? . Observa un par de veces: tu mirada se desviará humillada por no encontrar ningún defecto, aún insistiendo”. (67:3-4)

Si la organización de este universo es maravillosa y armoniosa, es imposible que haya existido por casualidad, ya que la organización de lo que existe por casualidad es ella misma arriesgada y puede cambiar o ser perturbada en todo momento.


Un joven que cree en los ángeles de Allah, ya que Allah –alabado y ensalzado sea- nos informó al respecto en Su Libro, así como el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- en su sunna. El Corán y la Sunna los describen, todo como sus adoraciones y las labores que realizan para el bien de la creación, y en ello hay una prueba suficiente de su existencia.

Un joven que cree en los Libros que Allah –alabado y ensalzado sea-reveló a Sus profetas, como una guía hacia el camino recto para la creación, dado que la mente humana no puede comprender en detalle los beneficios de las adoraciones ni de los comportamientos.

Un joven que cree en los profetas que Allah –alabado y ensalzado sea- envió a la creación para predicarles a [realizar] el bien, ordenándoles lo bueno y prohibiéndoles lo malo, para que la gente no tenga ningún argumento [delante de Allah] después del envío de los profetas. El primero de los profetas fue Adam –la paz sea con el- y el último fue Muhammad –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-.

Un joven que cree en el Último Día, el día en el que la gente será resucitada después de haber perecido, para ser recompensados por lo que hubieron obrado. El que haya hecho el peso de la más pequeña buena obra la verá, y el que haya hecho el peso de la más pequeña mala obra la verá, dado que [en ese día] se hallarán las consecuencias de toda esta vida [mundanal]. ¿Cuál sería la utilidad y la sabiduría de la vida si la creación no tuviera un día en el que quien obró bien será recompensado por su beneficencia y quien mal actuó, castigado por sus faltas?

Un joven que cree en el destino le sea favorable o no. Él cree que toda cosa fue decretada y predestinada por Allah –alabado y ensalzado sea-, creyendo en las causas y sus consecuencias, y que el éxito y la pérdida tienen causas.

Un joven que aconseja por Allah –alabado y ensalzado sea-, Su Libro, Su Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-, los dirigentes musulmanes y el conjunto de los musulmanes, con toda franqueza y claridad, como él quisiera que ellos actuasen con él, sin engaño, mentira ni tapujo.

Un joven que predica la religión de Allah –alabado y ensalzado sea- con conocimiento según la vía que Allah expuso en Su Libro:

ادْعُ إِلَى سَبِيلِ رَبِّكَ بِالْحِكْمَةِ وَالْمَوْعِظَةِ الحَسَنَةِ وَجَادِلْهُم بِالَّتِي هِيَ أَحْسَنُ

“Predica [a seguir] el camino de tu Señor con sabiduría y buena exhortación. Y discute con ellos de la mejor manera”. (16:125)

Un joven que ordena el bien y prohíbe el mal, puesto que cree que en ello está el éxito para los pueblos y para la Comunidad [Ummah]:

كُنتُمْ خَيْرَ أُمَّةٍ أُخْرِجَتْ لِلنَّاسِ تَأْمُرُونَ بِالْمَعْرُوفِ وَتَنْهَوْنَ عَنِ المُنكَرِ وَتُؤْمِنُونَ بِاللَّهِ

“Sois la mejor comunidad que se ha hecho surgir en los hombres [refiriéndose a los seres humanos]; ordenáis lo bueno, prohibís lo malo y creéis en Allah”. (3:110)

Un joven que se esfuerza en cambiar lo que está mal, como lo dijo el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-: “Quien de vosotros vea un mal, que lo cambie con su mano; si no puede, con su lengua; y si no puede, entonces con su corazón”. (Muslim)

Un joven que dice la verdad y la acepta, ya que la verdad conduce a la bondad, y la bondad conduce al Paraíso. El hombre no cesa de decir la verdad y de buscarla, sin que sea inscrito ante Allah como verídico.

Un joven que quiere el bien para el conjunto de los musulmanes, porque cree en la palabra del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el-: “Ninguno de vosotros cree [verdaderamente], hasta que no desee para su hermano lo mismo que [desea] para sí mismo”. (Al-Bukhari y Muslim)

Un joven que es consciente de su responsabilidad ante Allah, delante de su comunidad y de su país, que se dirige siempre hacia lo que comporta un beneficio para la religión, la comunidad y el país. Lejos de todo egoísmo, él hace pasar el interés de los demás antes de su interés personal.

Un joven que combate por la causa de Allah. Él combate con toda sinceridad por Él, sin ninguna ostentación. Combate buscando la ayuda de Allah, sin superioridad ni por contar sobre su propio poder ni su fuerza. Combate por Allah con los límites de Su religión sin exageración ni infracción. Combate con su lengua, su fuerza, sus bienes, según la necesidad del Islam y de los musulmanes.

Un joven que tiene buen comportamiento, religioso, bien educado, recto en su religión, abierto y flexible, magnánimo, generoso de alma, con buen corazón, paciente. Pero es decidido, no pierde ninguna ocasión [para hacer el bien] y los sentimientos no le dominan en la razón ni en la voluntad de rectificar.

Un joven tranquilo, organizado que actúa con sabiduría y discreción, realizando perfectamente lo que lleva acabo; no pierde ni una sola ocasión para hacer las cosas beneficiosas tanto para él como para su comunidad.

Éste joven protege su religión, su comportamiento y sus maneras, se aleja lo más lejos posible de todo lo que se le opone, como la incredulidad, la herejía, la perversidad, la desobediencia, los caracteres viles y las malas relaciones con el prójimo.

Esta categoría de joven es el orgullo de la comunidad, el símbolo de su vida, de su felicidad y de su religión.

Pedimos a Allah, por Su gracia, que a través de este joven, Él rectifique al que fue corrompido de entre los musulmanes, que Él ilumine el camino para los que lo emprenden, y es este joven quien alcanza la felicidad en este mundo y en el más allá.

Segundo grupo

Los jóvenes extraviados

Es un joven extraviado en su creencia, impetuoso en su comportamiento, engreído, sumergido en su bajeza, no aceptando la verdad de los demás, no prohibiendo ningún error, egoísta en sus artimañas.

Un joven terco, que no se inclina hacia la verdad y no abandona ninguna falsedad.

Un joven que se burla de los derechos de Allah –alabado y ensalzado sea- y de los derechos de los hombres de los que él se mofa.

Un joven anárquico, incapaz de ser moderado en su pensamiento, su carácter ni en sus actos.

Un joven que se siente superior por su persona y sus opiniones [declaraciones], como si la verdad solo saliese de su boca; piensa estar protegido del error mientras que las demás personas pueden equivocarse o resbalarse en el error mientras que se opongan a su opinión.

Un joven alejado del camino recto en su religión y costumbres de la sociedad en su comportamiento. Se le embellecieron sus malas acciones que él ve buenas; él está entre los más perdedores [por sus obras], de los que cuyo esfuerzo es perdido en esta vida mientras que piensan hacer bien.

Es una calamidad para el mismo y para la sociedad. Implica a su comunidad a lo más bajo [bajeza] y se alza entre ella, el poder y la nobleza. Es un parasito destructor para su entorno, difícil de curar, salvo si Allah quiere, y Allah es capaz de toda cosa.

Tercer grupo

Los jóvenes indecisos

Es un joven que duda frente a los diferentes caminos. Conoce la verdad, está convencido [de que lo es], vive en una sociedad preservada, pero las puertas del mal se abren delante de él por todos lados: duda en la creencia, desviación en el comportamiento, perversidad en los actos, alejamiento de los buenos hábitos, profusión de corrientes extraviadas… Está atrapado en un torbellino ideológico y psicológico. Está desamparado delante de estas corrientes; no sabe si la verdad está en los nuevos pensamientos, los principios y las vías modernas, o en lo que siguieron sus predecesores y lo que regía su sociedad preservada. Está confuso y perturbado: él escogió esto tan pronto, en función de la fuerza de estas corrientes que le conducen a la tormenta.

Este tipo de joven es pasivo en la manera que gestiona su vida; tiene necesidad de alguien que le guie con fuerza al recinto de la verdad y hacia el camino del bien. Y ello es fácil si Allah le envía un predicador dotado de sabiduría, de conocimiento y con buena intención.

Esta categoría está muy expandida entre los jóvenes que tienen un poco de cultura islámica, pero que estudiaron mucho otras ciencias profanas que contradicen la religión, realmente o solamente en su espíritu; ellos están confusos entre estas dos culturas.

Pero pueden deshacerse de esta confusión concentrándose en la cultura islámica y [aprendiéndola] según sus dos fuentes originales, el Corán y la Sunna, a través de los sabios sinceros [hacia Allah], y ello no le es difícil.


Fuente: من مشكلات الشباب - por Sheikh Ibn Salih Al-Uthaymin
Traducido por Ummu Darda Al Andalusiya

0 comentarios:

Publicar un comentario